Transcripción del artículo publicado en el periódico El Mundo de Santa Cruz de la Sierra el 14 de junio de 1981 *

Ese mismo año fue base de un documental sobre las consecuencias de la deforestación en el Oriente boliviano.

AUMENTAN LOS VIENTOS EN SANTA CRUZ


Por Carlos Calvimontes Rojas

En un lapso de 36 años, la velocidad del viento del NO, el más frecuente, se multiplicó por 3,8 y su presión, traducida en fuerza erosiva, por 12,8

El análisis del régimen de vientos en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, por la información de 1943 a 1978 lograda en la estación meteorológica del aeropuerto de El Trompillo, demostró principalmente un acelerado cambio de ese elemento del clima cruceño, en términos del incremento de su velocidad y demuestra el mayor y dramático aumento de su potencia erosiva.

Las cifras correspondientes a esos 36 años demuestran que el promedio de su velocidad máxima medida a partir de 1943 se ha algo más que triplicado y que, con menor importancia, la dirección de los vientos ha tenido algunos cambios.

Considerando los promedios del viento prevalente en ese largo plazo, corresponde al del NO los dos tercios de la duración total, a los del N y S una séptima parte de tiempo cada uno y al SE la vigésima parte.

La velocidad máxima promedio mensual de viento del NO, el prevalente más importante,  no mostró grandes variaciones sobre su promedio en los 36 años considerados, de 16,5 km/h. La velocidad más baja que la del promedio se presentó en los meses de abril y mayo con 15,8 y la más alta en septiembre con 20,9 km/h, estando los otros meses con cifras entre esos límites.

Sin embargo, comparando el primer periodo de seis años, 1943-1948, con el último del que se dispuso información y de igual duración, 1973-1978, se encontró notorias diferencias; el viento del NO disminuyó su duración, del 82% de tiempo a una cifra semejante al promedio para todo el largo plazo de 36 años, alrededor de 67%.

Por su parte, el viento del SE que tenía de duración el 12% lo disminuyó al 1%, el del N del 3% aumentó al 20%, el del S que en aquel primer período ni se presentó en el último período tuvo un 12%; y, por último, en el primer período hubo un 3% de tiempo sin viento prevalente, situación que no se presentó en los últimos años analizados.

Con todo, el último período, 1973 - 1978, presentó valores de velocidad del viento que se asemejan al promedio para el largo plazo; en cambio, los del primero, 1943 - 1948, no guardaron ninguna relación con los valores centrales.

Por otra parte, e indiferentemente de la dirección del viento, y dividiendo el tiempo estudiado en tramos iguales, de seis años cada uno, se observa que la variación se ha dado al siguiente ritmo, sobre la base del primero (con base 100), en los períodos siguientes: 216%, 187%, 227%, 243% y 253%.

De todas maneras, en el largo plazo; se advierte que la velocidad máxima promedio de los vientos provenientes de las cuatro direcciones prevalentes, no tuvo grandes variaciones en relación con el promedio general de, en todo ese plazo, 17,2 km/h. Así, el viento del N fue el que más se le acercó con 17,4; siguiendo el del NO con 16,5; el del SE con 15,3; y finalmente el del S con 19,5 km/h.

 

 

Además en todo el plazo analizado, se nota claramente que, tomando en cuenta el promedio de velocidad en ese lapso, hasta el año 1958 la velocidad estuvo por debajo de ese promedio, salvo 1950 y 1951 que presentaron una ligeramente más elevada; pero, a partir de 1959, durante 20 años, la velocidad ha superado siempre al promedio y ha ido en constante aumento.

En cuanto a las consecuencias de este fenómeno, debe tomarse muy en cuenta que la presión del viento, en superficies planas, ha pasado en los 36 años estudiados de unos 80 g por m2 a alrededor de 240 por unidad de velocidad km/h. Este incremento de la presión hasta un 300% por unidad de velocidad, como producto de una aceleración más acentuada en esa resultante de viento en la tasa de aumento de la velocidad, significa que si en los años 40 con 5,7 km/h del viento prevalente más importante, o sea el del NO, se tenía 350 g/m2 a mediados de los años setenta, con 21,6 km/h, del viento de la misma dirección, se tiene una presión de 4.490 g/m2. Con lo cual, en el lapso de 36 años la velocidad del viento del NO se ha multiplicado por 3,8 y su fuerza erosiva lo hizo por 12,8

La descripción realizada demuestra, sin lugar a dudas, que es imprescindible realizar estudios detallados sobre las causas del fenómeno —causas producidas por el hombre porque la naturaleza no varía por sí sola tan rápidamente—, siendo la deforestación la más importante. Y, además, las medidas que se debe imponer para romper el nefasto encadenamiento creado: deforestación-aumento de la velocidad del viento-mayor incremento de la presión sobre la tierra-erosión del suelo, dificultades para la reforestación-desertización…. ¿Cuál será el patrimonio de las futuras generaciones?

Por último, se considera que podría ser útil hacer una correlación entre la variación en el régimen de vientos y las de otros elementos del clima, para ver si éste, como conjunto ha tenido cambios significativos. Por otra parte, también sería útil realizar una serie de análisis en base a los registros de otras estaciones meteorológicas del área, ya que como resultado de una revisión somera de los mismos, se aprecia que también se estaría presentando, en otros sitios de la región, fenómenos semejantes al descrito en Santa Cruz de la Sierra.

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Este trabajo fue consecuencia del estudio de los vientos en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra realizado en el marco de la elaboración de un proyecto de urbanización con viviendas de interés social, encomendado por el Ministerio de Urbanismo y Vivienda el año 1981.

Considerando que en esa ciudad durante una buena parte del año la temperatura máxima supera los 35º C por tratarse de viviendas de bajo costo era preferible la utilización de medios naturales para su ventilación y logro del bienestar ambiental de sus ocupantes.

Con ese contexto, para iniciar la elaboración de ese proyecto al conseguir en la Oficina del Plan Regulador las normas urbanísticas pertinentes se solicitó información sobre los vientos con el objeto de dar la mejor orientación a las viviendas.

El objetivo fue que se considerara la dirección de los vientos prevalentes en el diseño de las viviendas en cuanto su: configuración plana y espacial interna y externa; materiales de construcción y acabados; y, características geométricas, orientación y ubicación de las ventanas.

Así, el requerimiento de información sobre los vientos era simple: promedios anuales de la dirección de los vientos y de su velocidad; pero, al tratar de promediar los datos de 36 años de la estación meteorológica de El Trompillo se encontró anomalías estadísticas.

Como resultado, para el diseño de las viviendas se aplicó el promedio de la dirección de los vientos y de su velocidad en los 5 años previos. El resto de los resultados y su análisis sirvió para elaborar el estudio que antecede, con el criterio de su trascendencia ambiental.

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